sábado, 6 de abril de 2019

ÉTICA Y EXISTENCIA





ÉTICA Y EXISTENCIA





EL SENTIDO Y SIGNIFICADO DE LA EXISTENCIA HUMANA Y EL ESCÁNDALO DEL SUFRIMIENTO




  

La existencia humana encierra algo más, algo que no podemos ver ni tocar. Hablamos de las cosas que realmente trascienden, traspasan fronteras y perduran en el tiempo. 

Todo en el mundo es y existe. Lo que diferencia al ser humano del resto de las especies es la capacidad de elegir y la conciencia de sí. Siempre está sujeto a decidir entre una u otra cosa. Esa es su libertad y como ente individual inserto en una sociedad debe asumir la responsabilidad de sus actos. La manera en que el hombre se rige moralmente, su patrón de conducta, es lo que llamamos ética.
La idea actual del hombre y la existencia humana, no es más que el resultado de cómo ha
evolucionado este mismo pensamiento. La historia nace con la necesidad de conocer
todas aquellas experiencias que nos han llevado a ser lo que somos hoy.



ÉTICA Y EXISTENCIA HUMANA


La ética nace en la Edad Media como una valoración moral de los actos humanos. Se refiere principalmente al comportamiento humano, a su categorización como bueno o malo. Pero la ética no surge para difundir una serie de normas sobre cómo vivir, para eso puede tomarse alguna religión o simplemente las leyes. La ética tampoco surge para crear ciudadanos moralmente correctos, ni mucho menos moralmente incorrectos. La ética sirve como patrón para el libre albedrío. “ La vida del hombre no puede “ser vivida” repitiendo los patrones de su especie; es él mismo - cada uno - quien debe vivir” (Erich Fromm)





CIENCIA Y EXISTENCIA HUMANA



Los conocimientos que poseemos hoy en día nos han permitido lograr cosas que hace cien años habrían sido imposibles de imaginar siquiera.
Gracias al desarrollo de las ciencias, la humanidad ha conquistado todos los ambientes de
la Tierra y una pequeñísima parte del espacio exterior. La ciencia ha permitido curar enfermedades y salvar vidas que hasta hace algunos años eran imposibles de salvar. Con la ayuda de la ciencia existe la posibilidad , en la práctica, de romper las barreras del sonido y en teoría las del tiempo. El conocimiento de la especie, de nuestras conductas es cada vez menos misterioso gracias a la psicología, la sociología y la historia entre otras cosas.


EL SIGNIFICADO DE LA EXISTENCIA HUMANA





¿Tiene la humanidad un lugar especial en el universo? ¿Cuál es el significado de nuestras
vidas?


Wilson Edward sugiere que es la época de las especies, que se inició en la evolución biológica y la prehistoria, pasó a la historia y, ahora con urgencia, día a día, cada vez más rápido hacia el futuro indefinido, es también lo que decidiremos que sea.
Los avances de la ciencia y la tecnología nos llevará al mayor dilema moral desde que
Dios sujetó la mano de Abrahán. Estamos a punto de abandonar la selección natural, el
proceso que nos creó, a fin de dirigir nuestra propia evolución mediante selección
voluntaria, el proceso de rediseño de nuestra biología y naturaleza humana como deseamos que sea.

Es cierto que la ciencia y las humanidades son fundamentalmente distintas la una de la
otra en lo que afirman y en lo que hacen. Pero se complementan la una a la otra en origen, y surgen de los mismos procesos creativos en el cerebro humano. Si el poder heurístico y analítico de la ciencia se puede unir a la creatividad introspectiva de las humanidades, la existencia humana se elevará a un significado infinitamente más productivo e interesante.



EDWARD OSBORNE WILSON (1929)



Es reconocido como uno de los biólogos más importantes del mundo. Entre los reconocimientos que ha recibido en todo el mundo se encuentran la Medalla nacional de la ciencia de los EE. UU., el premio Crafoord de la Real Academia Sueca de las Ciencias, o el Premio internacional de biología de Japón.

En el ámbito de las letras, dos premios Pulitzer, los premios Nonino y Serono en Italia y el premio COSMOS de Japón. Es Honorary Curator en etimología y catedrático emérito de investigación universitaria de la Universidad de Harvard. Es autor de Sobre la naturaleza humana (premio Pulitzer de 1979), Las hormigas (premio Pulitzer de 1991), Consiliencia: la unidad del conocimiento, El futuro de la vida o Cartas a un joven científico, entre otros libros.



SENTIDO DE LA VIDA HUMANA



El sentido de la vida constituye una cuestión filosófica y sobre el objetivo y el significado
de la vida, o de la existencia más en general. Este concepto se puede expresar a través de
una variedad de preguntas, tales como ¿Por qué estamos aquí? o ¿Qué es la vida?. Ha sido
objeto de un gran estudio filosófico, científico, psicológico y teológico, e incluso literario a
lo largo de la historia. Esta cuestión ha recibido un gran número de respuestas desde diferentes puntos de vista, junto con los orígenes culturales e ideológicos de
cada civilización.

El sentido de la vida está profundamente mezclado con las concepciones filosóficas y religiosas de la existencia, la conciencia y la felicidad, y afecta a muchas otras cuestiones
tales como el significado simbólico, la ontología, el valor, el propósito, la ética, el bien y
el mal, el libre albedrío, las concepciones de Dios, la existencia de Dios, el alma y el más
allá. También desde el Humanismo y la literatura son amplias las aportaciones y
reflexiones sobre el sentido de la vida.

Para el Platonismo, el sentido de la vida se halla en la consecución de una forma superior de conocimiento, la cual es la idea (forma) del bien, de la cual todo lo bueno y lo justo obtiene utilidad y valor.



EL SENTIDO DEL DOLOR , EL SUFRIMIENTO Y EL DOLOR HUMANO: 



IGNACIO T. LUCERO





La preocupación por el dolor es de gran importancia, por cuanto hoy han disminuido los niveles de tolerancia álgida. Existe mucho miedo al dolor y al sufrimiento. Esto procede de dos raíces principales: por un lado el hedonismo y por otro, los beneficios aportados por la técnica; gracias a los progresos de la anestesia y de la analgesia, el hombre está menos familiarizado con el dolor que sus antecesores, por eso le teme mucho más.

Dice Polaino: “estamos en una cultura en la que el sufrir tiene mala prensa. El dolor es hoy un dis-valor” no tenemos motivos para soportarlo, sino medios técnicos para combatirlo.
Hemos caído en una trampa peligrosa: pensar que somos capaces de erradicarlo, lo cual es imposible. No soportamos el sufrimiento. El miedo o pánico al dolor llega a ser patológico.
Según Polaino-Llorente el dolor es una cuestión que interpela a cada persona, el sufrimiento resulta inevitable. Ningún hombre puede zafarse de la experiencia del sufrimiento.



PERSPECTIVA PSICOFÍSICA DEL DOLOR



El dolor biológico y físico, se manifiesta como reacción a un estímulo sensitivo perjudicial.


“El dolor es un daño sentido”

Esa huella no puede interpretarse como algo innato, sino adquirida; y en tanto que adquirida, puede condicionar determinados tipos de actitudes frente a futuras situaciones dolorosas.


NATURALEZA DEL DOLOR


El dolor es un acto de la subjetividad, un sentimiento. Santo Tomás Dice: “los hombres son víctimas de muchas deficiencias” porque su fuerza y energía vital son limitadas, todo movimiento vital consume una parte de ellas.
San Agustín lo define como un sentimiento que resiste a la división. En primer nivel el
dolor corporal intenso, patentiza en nuestra conciencia la unidad substancial de la persona; que se revela contra su disgregación.
Por su parte, Bergson considera al dolor como sensación local impotente. En un segundo nivel, la experiencia dolorosa es mucho más rica que la mera sensación de dolor.



TIPOS DE DOLOR




Freud distingue tres fuentes principales del dolor:


1. la enfermedad que nos hace descubrir nuestra finitud
2. las agresiones del mundo exterior que nos hacen descubrir nuestra pequeñez e indefensión
3. las relaciones con el prójimo que nos descubre la injusticia.


Por su parte, Scheler señala cuatro estratos en la persona:

1. somático
2. vital,
3. psíquico
4. espiritual

El sufrimiento devora todas las perspectivas de futuro, la indeterminación de un horizonte sin dolor, afectando a ese estrato espiritual y produciendo tristeza.
De acuerdo a los autores señalados existen tres especies principales de dolor: dolor corporal, dolor interior y tristeza. Estos corresponden al cuerpo, alma y espíritu.



DISTINTAS ACTITUDES ANTE EL DOLOR




Tenemos miedo al sufrimiento y ese mismo miedo es sufrimiento. El temor ante el
dolor físico es, con frecuencia, peor que el propio dolor; el miedo ante el sufrimiento es
miedo del miedo. El temor ante la muerte no es miedo a estar muerto, sino miedo ante la
situación en la que tengo miedo.
Es importante distinguir dolor de sufrimiento. Sufrir es un fenómeno complejo. El dolor físico, el malestar, la sensación de desagrado, no son desde el principio idéntico al sufrimiento. El sufrimiento no se identifica, sin más, con el dolor físico. Ni con cualquier
tipo de malestar. Muchas veces, el temor al dolor hace sufrir mucho más que el propio dolor. El sufrimiento, no es un dolor físico o moral, sino un dolor que condena a la pasividad, donde no se puede hacer nada.

La sociedad moderna silencia la pregunta sobre el sufrimiento, la suprime.




INTERPRETACIONES DEL DOLOR



Son muchas las interpretaciones que se han dado del dolor y del sufrimiento.
Recordemos sólo algunas:


a) El budismo considera que para anular el sufrimiento tengo que anular la voluntad.

b) Schopenhauer tiene una interpretación pesimista: “Toda vida es dolor” Considera
la apetencia al placer como carentes de satisfacción. El placer y la felicidad son vistos
como ausencia del dolor.

c) Nietzsche. Dice que el dolor no tiene la última palabra: “el placer es más profundo aún que el sufrimiento” . También señala que la causa del dolor es la subjetividad sin correlación real.

d) La interpretación dialéctica considera que el dolor es un mal y que se debe evitar
a toda costa pero a su vez es un mal que resulta necesario para el incremento y la constitución del bien y por ello es en último término un bien.



SENTIDO HUMANO DEL SUFRIMIENTO



Lo primero que se necesita para saber qué hacer con el dolor es aceptarlo, como algo que está ahí, y que tenemos que encarar: es el momento dramático de nuestra existencia. Señala Lewis: “la primera y más humilde operación del dolor destroza la ilusión de que todo marcha bien” . Nos pone en situación dramática y eso requiere un modo de expresión. Sin embargo:”el que se sobrepone a su dolor, sube más alto” (Holderlin).


Se necesita darle sentido porque esa situación forma parte de la vida. Sólo el sufrimiento con
sentido da paz espiritual.



LOS LÍMITES DEL SENTIDO HUMANO Y LA PLENITUD DE LA FE CRISTIANA



El dolor cuando queda integrado en la vida, nos moldea, nos hace más únicos, más humanos. Lo único que consigue no romper a la persona es que sea capaz de amar de verdad. El amor es un fuerte apoyo del sentido del sufrimiento.

No se conoce verdaderamente al hombre hasta no saber cómo se comporta frente al dolor.
Ser feliz es elevar al máximo de perfección todas las facultades, especialmente las espirituales; pero hay que olvidar el mal que se está pasando. Por eso, insiste Polaino que
es posible autorrealizarse en la experiencia dolorosa, porque el dolor es la ocasión, tanta veces mal aprovechadas, para el autoperfeccionamiento personal.



MÁS ALLÁ DEL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO DEL HOMBRE



Según Polaino el dolor se hace misterio, es el plus del dolor. Ya no alcanzan las explicaciones racionales y a pesar del desarrollo tecnológico y avances de la medicina, el hombre continúa siendo homo patines, el homo doloris de siempre, en su constante peregrinar en busca de explicaciones que casi nunca alcanza. Por eso, es preciso pasar de lo natural a lo sobrenatural; se necesita la luz de la fe para ese misterio.

El amor limpia y trasciende el dolor. El sufrimiento abre la vida a un sentido más pleno y la hace más digna. Cristo curó a los enfermos y alivió al hombre en su dolor. Con eso demostró que es bueno combatir el dolor. Pero son su vida y su sufrimiento enseñó a divinizar el dolor. Tanto se acercó al sufrimiento que Él mismo se hizo sufrimiento. A partir de aquí, el sufrimiento será redimensionado de una forma nueva: el dolor será vinculado al amor. Sufrir no será en adelante, sino amar.

Señala Juan Pablo II que el dolor no es un castigo inmerecido, sino un inmerecido tesoro. La unión con el sufrimiento de Cristo constituye el culmen de vuestra actitud de fe.



EL VALOR SALVÍFICO DEL DOLOR HUMANO



Escuchemos finalmente a Bruno Forte: en la muerte y resurrección del Hijo, se revela el doble “éxodo” como única posibilidad de dar valor salvífico al dolor humano: la salida de Dios de sí mismo hasta el abajamiento supremo de la Cruz y Su retorno. El “éxodo de Dios” del Hijo venido en la carne culmina en el acontecimiento de Su muerte, como lugar del extremo advenimiento del Eterno en la forma de la limitación humana: pero el sufrimiento y la muerte en Cruz son iluminados en su profundidad abisal por el “éxodo hacia Dios” de la resurrección del Hijo encarnado, en que la muerte ha sido engullida por la victoria.
(cf. 1Cor 15,54).



LA ILIMITADA TOTALIDAD DEL SENTIDO



La cuestión sobre el sentido del sufrimiento es específicamente bíblica. Presupone la fe
en una ilimitada totalidad de sentido, la fe en que el universo en su conjunto descansa
dentro de un contexto de sentido. Sólo desde ahí tiene sentido preguntar sobre el sentido
del sufrimiento.

Si nos preguntamos por el sentido cristiano del sufrimiento, debemos considerar cómo es
interpretada la Pasión de Jesús en el Nuevo Testamento. Hay en él dos pasajes centrales
que ofrecen esa interpretación, uno del apóstol Pablo, quien afirma que Jesús se hizo
«obediente hasta la muerte», y otro de la Epístola a los Hebreos, en el que de manera aún
más fuerte se dice que «aprendió a obedecer a través del sufrimiento».



SUFRIMIENTO Y DESOBEDIENCIA



El Nuevo Testamento describe esta situación como desobediencia, como el estado en el que cada cual busca convertirse en el punto central del mundo. El sufrimiento vuelve a situar el punto de vista en su perspectiva universal: descubro repentinamente la situación en la que todo nos encontramos, y me aparto de la desobediencia. Pues la desobediencia es no escuchar, no oír el sentido del todo. Sólo puede representar bien su papel quien presta atención a las órdenes del director y escucha el papel de los otros. 
La interpretación cristiana del sufrimiento dice, según creo, que lo hombres viven en un
contexto general de culpa que se caracteriza por que cada uno se ve a sí mismo como el punto central (el ombligo) del mundo. Ese contexto de culpa sólo puede ser eliminado si
es experimentado como sufrimiento.



EL CONSUELO DEL SENTIDO


Cuando se habla del sentido del sufrimiento, no se puede pretender obtener una respuesta transparente acerca de nuestro sufrimiento. Si alcanzaramos tal tipo de respuesta, no sería ya el nuestro verdadero sufrimiento. En el sufrimiento hay siempre un momento de comprensión. Su sentido aparece sólo puntualmente, como «una luz que alumbra mi sufrimiento».



¿TODOS LOS QUE SUFREN ENTIENDEN EL SENTIDO?


Un ser que tampoco experimenta el sin sentido porque se mueve en una perspectiva no trascendente. Para un ser así sólo es puntualmente real el dolor actual. Qué sea el dolor para él no es comprensible para nosotros ni positiva ni negativamente. Sabemos que experimenta el dolor. Lo vemos. Pero no podríamos decir que sufre, porque el sufrimiento es un
fenómeno complejo al que le pertenece la experiencia de la falta de sentido, la cual sólo
tienen los seres capaces de entender el sentido.

A esto se añade que el dolor no es algo acumulativo a muchos individuos. El dolor es siempre «mi dolor», y el dolor de miles de hombres no es ni peor ni mejor que el dolor de
uno sólo, no es sino el dolor de miles de individuos singulares.












Mapa

































ÉTICA Y EXISTENCIA



Al momento de plantearnos cualquier situación en la vida, siempre tendremos la capacidad de decidir entre hacerlo o no hacerlo, entre decir sí o no. Sin duda esta es nuestra principal libertad. Pero nada es tan simple como parece. Al momento de decidir libremente, debemos tener en cuenta que nuestras acciones repercuten en la vida del resto de los miembros de nuestra sociedad. En cada decisión tendremos en cuenta muchos aspectos, nos haremos preguntas tales como el por qué y para qué de lo que hacemos, y en ese preciso instante estaremos “haciendo ética”, reflexionando sobre la vida.
Está claro que existen patrones generales de conducta que promueven la sana convivencia y que la humanidad ha adoptado como una parte más de la vida en sociedad. Pero también es cierto que cada quien debe vivir su propia vida, desarrollar su propia existencia, teniendo en cuenta que la propia libertad termina cuando empieza la del otro.

Sin duda los conocimientos que poseemos hoy en día nos han permitido lograr cosas que hace cien años habrían sido imposibles de imaginar siquiera.
Cada una de las ramas del árbol de la Ciencia comprende un vasto campo de conocimiento, en ocasiones tan amplio que no basta solo una disciplina para estudiarla. 

Gracias al desarrollo de las ciencias, la humanidad ha conquistado todos los ambientes de la Tierra y una pequeñísima parte del espacio exterior. Lugares muy distantes uno de otro están conectados permanentemente y en los últimos años, de manera más expedita gracias a la incorporación masiva de Internet. La ciencia ha permitido curar enfermedades y salvar vidas que hasta hace algunos años eran imposibles de salvar. Con la ayuda de la ciencia existe la posibilidad, en la práctica, de romper las barreras del sonido y en teoría las del tiempo. El conocimiento de la especie, de nuestras conductas es cada vez menos misterioso gracias a la psicología, la sociología y la historia entre otras cosas. Lo más importante de destacar, es que a pesar que las ciencias están fundadas en pilares distintos, es la interacción de todas aquellas la que nos lleva a un conocimiento global

El desarrollo de las ciencias nos permite obtener un mayor conocimiento y responder una serie de incógnitas. Pero también es cierto que una pregunta resuelta conduce a muchas más por resolver. Una cosa si está clara: ningún conocimiento es definitivo, porque no se ha comprobado la existencia de verdades absolutas. Frecuentemente se recurre a la ciencia como argumento de peso, algo comprobable, aunque es sabido por todos que la ciencia proviene de los humanos y como tal puede tener imprecisiones.
En algunas ocasiones y con justa razón, la ciencia es considerada como salvadora de la Humanidad.

Es muy importante al hablar de la ciencia, identificar hasta donde se puede controlar el conocimiento, hasta dónde somos capaces de frenar nuestras ansias de saber más, cuidando de no traspasar el umbral entre lo correcto y lo incorrecto. Pero al pensar en esa delgada línea que separa lo bueno de lo malo surgen distintas interpretaciones; cada persona le asignará el valor según sus propias normas éticas.
“Crear el conocimiento, el entendimiento que posibilita la convivencia humana, es el mayor, el más urgente, más grandioso y más difícil desafío que enfrenta la humanidad del presente”.

El sentido de la vida constituye una cuestión filosófica y sobre el objetivo y el significado de la vida, o de la existencia más en general. Este concepto se puede expresar a través de una variedad de preguntas, tales como ¿Por qué estamos aquí? o ¿Qué es la vida? Ha sido objeto de un gran estudio filosófico, científico, psicológico y teológico, e incluso literario a lo largo de la historia. Esta cuestión ha recibido un gran número de respuestas desde diferentes puntos de vista, junto con los orígenes culturales e ideológicos de cada civilización.
El sentido de la vida está profundamente mezclado con las concepciones filosóficas y religiosas de la existencia, la conciencia y la felicidad, y afecta a muchas otras cuestiones tales como el significado simbólico, la ontología, el valor, el propósito, la ética, el bien y el mal, el libre albedrío, las concepciones de Dios, la existencia de Dios, el alma y el más allá. También desde el Humanismo y la literatura son amplias las aportaciones y reflexiones sobre el sentido de la vida.

Aunque normalmente los autores (filósofos, poetas, teólogos, etc.) a lo largo de la historia se han centrado en formular preguntas de difícil respuesta, pocas veces estas reflexiones han dado fruto en forma de respuesta realmente satisfactoria. En algunos casos han logrado respuestas parcialmente satisfactorias (por ejemplo, autores cristianos para sus correligionarios), pero raramente son respuestas aptas para otros públicos.

Platón fue uno de los primeros y más influyentes filósofos, especialmente por idealismo, que creería en un sentido común de la vida. En su Teoría de las Formas, lo común no existe físicamente, como los objetos, sino como formas celestiales.
Para el Platonismo, el sentido de la vida se halla en la consecución de una forma superior de conocimiento, la cuál es la idea (forma) del bien, de la cuál todo lo bueno y lo justo obtiene utilidad y valor.


Tenemos miedo al sufrimiento y ese mismo miedo es sufrimiento. El temor ante el dolor físico es, con frecuencia, peor que el propio dolor; el miedo ante el sufrimiento es miedo del miedo. El temor ante la muerte no es miedo a estar muerto, sino miedo ante la situación en la que tengo miedo.











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