domingo, 3 de marzo de 2019

ACTO Y POTENCIA



POTENCIA Y CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS POTENCIAS APETITIVAS






En sus orígenes más remotos, antes de Cristo, la educación Occidental estuvo restringida al ámbito familiar. Los conocimientos eran mayormente rudimentarios de carácter práctico. El encargado de transmitir dichos conocimientos era el padre de familia, y lo hacía mediante leyendas, mitos, educación religiosa, cómo sobrevivir en la vida cotidiana.

Había dos clases de maestros ambulantes: Los Sofistas que no tenían interés por difundir la verdad, sino obtener beneficios prácticos como persuadir al otro para su beneficio; y los Filósofos que deseaban saber por amor a la sabiduría.

Luego se crean escuelas o centros de formación orientados hacia un determinado saber. Por ejemplo La academia filosófica de Platón en Atenas, la cual buscaba el saber por sí mismo; o como también el Liceo de Aristóteles

En el Siglo XI renace la inquietud por el saber, las ciencias se diversifican y se vuelven más complejas, surgiendo la necesidad de crear un ámbito más adecuado al nivel de esos nuevos conocimientos.
En el Siglo XII surge la universidad, dicho nombre proviene de la asociación de todos los saberes en torno a la Teología y la Filosofía, y a la unión de docentes y alumnos en el interés común de cultivar la ciencia al más alto nivel.


Actualmente, las Universidades Católicas continúan su labor al servicio de la verdad y del hombre.




LA UNIVERSIDAD: NATURALEZA Y FINES





Definición real: Comunidad de profesores y alumnos que se consagran al cultivo de la verdad mediante la investigación, la docencia y los diversos servicios que brinda.

Primer aspecto: Es una expresión concreta de la tendencia natural del hombre a la vida social. Teniendo en cuenta la extrema carencia con la que el ser humano llega al mundo, necesita de los demás para proveerse material y espiritualmente. 


Segundo aspecto: Sus integrantes son docentes y alumnos. Se distinguen según el aporte que cada uno puede ofrecer a ese objetivo en común: los maestros. 

Tercer aspecto: La universidad se constituye como forma esencial de la búsqueda de la verdad.

Cuarto aspecto: se compone de tres pasos para la finalidad universitaria: la investigación,  la docencia, y los servicios.





ACTO y POTENCIA





Doctrina metafísica de Aristóteles, según la cual todas las cosas materiales se componen de dos maneras del ser, que son el acto (energía) y la potencia (dinamista). El acto, es la actualidad de una cosa o de un ente y significa realización y perfección, mientras que la potencia es pura posibilidad de ser algo. En las cosas materiales, la materia es la potencia y la forma, el acto y el compuesto de materia y forma es también un compuesto de potencia y acto.

Aristóteles explica no sólo la composición interna de las cosas materiales, sino también el problema del devenir o del cambio.

Lo que cambia pasa de la potencia de ser algo al acto de serlo, de tal manera que la potencia no debe entenderse como si fuera la nada o el no-ser, sino una sustancia precedente que, respecto de la posterior es su potencia.



NOCIÓN Y CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS FACULTADES AFECTIVAS







Al tratar de éstas, vemos a muchos filósofos prescindir de la línea divisoria primitiva y esencial que existe entre el orden sensible y el orden intelectual, así también los vemos hablar de voluntad, de actividad libre y espontánea, de instintos, de deseos, de sentimientos y pasiones, sin separar y distinguir de una manera rigurosa y precisa lo que pertenece al orden sensible de lo que pertenece al orden puramente intelectual; de aquí lo contradicción en sus opiniones, y sobre todo la lastimosa confusión e inexactitud de ideas que se revelan
en su doctrina y clasificación de estas facultades.



Las afecciones pertenecientes al orden intelectual, o sea los actos y movimientos afectivos de la voluntad, son esencialmente distintos de las afecciones pertenecientes a la sensibilidad, como son esencialmente distintos también el conocimiento intelectual y el conocimiento sensible que dan origen respectivamente a esos actos o afecciones.

El bien y el mal, que son objeto del apetito sensitivo, pueden ofrecerse a éste, o simplemente bajo la razón de bien o de mal, o bajo la razón de bien y mal difíciles de conseguir o de evitar. De aquí la división que hacían los Escolásticos del apetito sensitivo, en apetito concupiscible y apetito irascible. El primero dice relación al bien o mal sensibles en sí mismos, secundasen, y prescindiendo de la dificultad de alcanzarlo o evitarlo: el segundo se refiere a los bienes o males en cuanto van acompañados de dificultad.



EL APETITO SENSITIVO O LA SENSIBILIDAD AFECTIVA





El apetito sensitivo es el principio de los movimientos afectivos de la sensibilidad, que se llaman pasiones en el lenguaje filosófico.

Las pasiones del hombre y del bruto convienen en el fondo, en cuanto que en el uno y en el otro existen afecciones varias o movimientos afectivos de la sensibilidad que envuelven inclinación o aversión hacia objetos sensibles subordinación que tienen al entendimiento y voluntad, pueden ser moderadas y dirigidas en sus movimientos por estas facultades superiores: en otros términos, las pasiones en el hombre son capaces de educación moral, porque el apetito sensitivo, del cual son manifestaciones, participa la racionalidad a causa de la influencia.

La diferencia  a saber: que las pasiones en el hombre son mas numerosas, mas complejas y mas elevadas que la de los brutos; pues es consiguiente y lógico que la multiplicidad y elevación de conocimiento que en el hombre da origen y determina las afecciones de la sensibilidad, , produzca en esta manifestaciones mas numerosas y complejas que las que resultarían del conocimiento puramente sensitivo


PASIONES DEL APETITO CONCUPISCIBLE





Que son el amor, el deseo, el deleite o gozo sensible, a las cuales corresponden con respecto al mal sensible, el odio, la fuga y la tristeza. Estas afecciones, como pasiones, no deben confundirse con los actos análogos de la voluntad.

El amor-pasión es la complacencia del apetito en el bien sensible; puesto que es una especie de adhesión e inclinación de la sensibilidad al objeto que los sentidos, y especialmente la imaginación, presenta como buenos, o agradables, o capaces de producir placer con su posesión. El amor, por consiguiente, viene a ser la unión afectiva entre el sujeto y la cosa amada, unión producida por la percepción de la bondad 

La naturaleza del odio o aversión, de la fuga, que viene a ser un movimiento de concentración interna como rehuyendo y apartándose del mal, y de la tristeza o dolor, se reconocen fácilmente, teniendo presente que son los movimientos de la sensibilidad afectiva contrarios a los que se acaban de exponer.

La naturaleza del odio o aversión, de la fuga, que viene a ser un movimiento de concentración interna como rehuyendo y apartándose del mal, y de la tristeza o dolor, se reconocen fácilmente, teniendo presente que son los movimientos de la sensibilidad afectiva contrarios a los que se acaban de exponer.





PASIONES DEL APETITO IRASCIBLE.

LAS PASIONES PRINCIPALES DEL APETITO IRASCIBLE.






La esperanza, que tal vez sería mejor llamar confianza (fiducia), reservando el primer nombre para el acto análogo de la voluntad.

La audacia, o animosidad, puede decirse que es la erección y como insurrección del ánimo para superar y vencer un mal grave. La audacia siempre se refiere a algún mal grave, al menos relativamente.

La ira es el movimiento del ánimo contra el mal presente, o sea para rechazar el mal recibido o el daño inferido.



LOS TEMPERAMENTOS



Los temperamentos cuyo predominio relativo se considera como la razón suficiente de esta variedad de predisposiciones naturales a determinadas pasiones, suelen reducirse a cuatro, que son: el linfático o flemático, el melancólico, el sanguíneo y el bilioso o colérico.

Caracteres físicos: los individuos en quienes predomina notablemente este temperamento, suelen tener el cuerpo alto y grueso; los miembros, y especialmente la cara, presentan
formas redondeadas. Son tardos y pesados en sus movimientos.

Caracteres morales: los linfáticos, ni reciben, ni retienen con viveza las impresiones, tanto externas, como internas. Su imaginación es fría y carece de energía y viveza. Suelen ser propensos a los placeres de la mesa, y sobre todo se distinguen por una inclinación pronunciada al descanso.



DE LAS FACULTADES SUPERIORES DE CONOCIMIENTO O SEA DE LA INTELIGENCIA




El alma humana, como decía san Agustín y confirma la experiencia, percibe primero por medio de los sentidos los fenómenos que nos ofrece el mundo externo, y después investiga sus causas por medio de la razón.



DE LA INTELIGENCIA O ENTENDIMIENTO EN GENERAL



Puede definirse el entendimiento del hombre: una facultad o fuerza vital innata, por medio de la cual el alma humana puede conocer las cosas insensibles y espirituales, y las sensibles y materiales por medio de ideas universales. Es razón, en cuanto investiga, descubre y adquiere la verdad, comparando y combinando unas ideas con otras, discurriendo de un objeto a otro, y moviéndose de una verdad conocida a otra desconocida, empleando al efecto procedimientos analíticos y sintéticos más o menos complejos y difíciles.
juicio inmediato, y se resuelve o termina al mismo. 

La razón como razón, o como distinta del entendimiento, es propia y peculiar al hombre. Cuando atribuimos, pues, la razón a Dios y a los ángeles, se toma esta palabra como sinónima de entendimiento o potencia intelectual superior a las potencias cognoscitivas del orden sensible.

El acto propio del entendimiento, en cuanto a tal o como inteligencia, puede decirse que es la intuición, si no inmediata o propiamente dicha, al menos mediata e imperfecta. Al contrario, el acto propio de la razón es el conocimiento discursivo,  en atención a que, como dice santo Tomas, el entendimiento conoce por medio de una simple mirada, simplicista intuitivo; pero la razón conoce moviéndose de una cosa a otra: discurriendo de uno.




EL ENTENDIMIENTO POR COMPARACIÓN A LOS SENTIDOS, O SUPERIORIDAD DEL ENTENDIMIENTO RESPECTO DE LA SENSIBILIDAD





La distinción y diferencia entre el entendimiento y las facultades sensibles es, sin duda, uno de los más trascendentales de toda la filosofía. El sensualismo, el materialismo, la inmortalidad del alma, la vida futura, la libertad humana y consiguientemente todos los problemas fundamentales de la moral y de la religión, se hallan en relación más o menos inmediata y directa con este problema psicológico.






Mapa










ACTO Y POTENCIA



POTENCIA Y CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS POTENCIAS APETITIVAS


El acto y potencia, dice que el cambio puede ser sustancial o accidental, en el primer caso la cosa dejaría de ser lo que es y pasa a ser otra cosa, en el segundo caso la cosa perdería una determinación accidental y adquiere otras, sin dejar de ser ella misma.
El error común fue pensar que el ser se dice de un solo modo, del modo que Aristóteles llamara “ser en acto”. Aristóteles los supera a todos por haberse dado cuenta de que “el ente se dice de muchos modos” y de que además del ente en acto, está el ente en potencia

Facultades apetitivas, son potencias humanas cuyo acto es tender hacia un objeto, un bien sensible o intelectual, que se encuentra del sujeto. Puede ser también de dos clases: facultades apetitivas y sensibles y facultad apetitiva y racional
La facultad sensitiva se divide en la cognoscitiva y apetitos; la cognoscitiva se divide en sentidos internos y el apetito de la concupiscible e irascible. La facultad racional se divide de inteligencia y voluntad.
Las facultades sensibles apetitivas serian apetito concupiscible y apetito irascible la primera ópera en pasiones como el deseo, amor, odio, gozo o tristeza y la segunda de pasiones como ira, esperanza y audacia, etc. y el objeto de las dos son sus bienes conocidos por los sentidos.
Facultades racionales se compone por inteligencia y voluntad. La inteligencia opera en pensar, raciocinio, reflexión etc. y su objeto es la verdad. Y la voluntad opera con el querer y amor, su objeto es el bien conocido por los sentidos y su principio en el alma espiritual.

Facultades afectivas, en ellas la experiencia interna nos enseña que cuando percibimos o conocemos algún objeto como bueno o conveniente para nosotros, este conocimiento excita en nuestro interior una especie de tendencia o movimiento de inclinación habido dicho objeto.

La facultad que tiene el alma de inclinarse y tender hacia el objeto bueno y de apartarse o rehuir del objeto malo o contrario, constituye la facultad apetitiva y también afectiva; porque su fuerza propia se manifiesta y funciona por medio de movimientos o actos afectivos, y no por actos cognoscitivos, cuya existencia presupone naturalmente, como condición necesaria y hasta como regla y medida de sus funciones: porque la experiencia y observación psicológica demuestran que el movimiento afectivo resultante en el alma, está en relación y proporción con el objeto conocido y con el modo con que es conocidos. 

De aquí se infiere legítimamente que así como existen en el hombre dos clases o especies de conocimientos esencialmente diferentes entre sí, cuales son el conocimiento sensible y el conocimiento intelectual, así también es preciso que existan en el hombre dos clases de apetitos o movimientos afectivos esencialmente distintos entre sí, a saber: una facultad afectiva o inclinación consiguiente al conocimiento sensible y en armonía con la naturaleza y condiciones propias de este género de conocimiento, y otra facultad afectiva, apetito o inclinación, consiguiente al conocimiento intelectual y en armonía con la naturaleza y condiciones propias del mismo. 
Luego es preciso admitir dos clases o especies de facultades afectivas o apetitivas, o sea una facultad afectiva perteneciente al orden sensible, y otra facultad afectiva perteneciente al orden intelectual puro.


 Las facultades apetitivas sensibles son tendencias hacia un objeto en concreto, aprehendido como bueno por los sentidos se clasifican en apetito concupiscible que es la tendencia hacia un bien sensible y el apetito irascible que tiene tendencia de lucha contra el obstáculo sensible.
Los actos del apetito sensible son las pasiones; son actos o movimientos de las tendencias sensibles que tienen por objeto un bien captado por los sentidos.

Los elementos serian el conocimiento sensible, la tendencia sensible y la modificación corporal.
El apetito concupiscible en relación con su objeto; Amor: inclinación a un bien y odio: en relación a un mal. Y el apetitivo concupiscible en relación con el tiempo es si el objeto es un bien, Deseo: inclinación a un bien futuro, placer: inclinación a un bien presente y si el objeto es un mal, aversión: respecto a un mal futuro y tristeza: respecto  a un mal presente.



Los temperamentos cuyo predominio relativo se considera como la razón suficiente de esta variedad de predisposiciones naturales a determinadas pasiones, suelen reducirse a cuatro, que son: el linfático o flemático, el melancólico, el sanguíneo y el bilioso o colérico.




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